Por Ana García Romero
(Fotos: AGRJ)(©Copyright)
La firma cosechó un nuevo éxito con una colección cómoda y llena de colorido en la que los retales son la fuente de inspiración
Tiene un sello propio y muy particular, una firma que nació hace ya algunos años de la mano de dos hermanas, María del Mar y Delia Núñez Pol, un sueño hecho realidad que fue creciendo y creciendo, hasta el punto de tener que separar sus creaciones en dos ramas bien afianzadas y repletas de éxitos. María del Mar se dedicó a diseñar fiesta y novias y Delia se hizo cargo de las flamencas.
Con la llegada de una nueva temporada, hay que pensar en el nuevo look para la Feria y las romerías de este año, y como ésta se celebra en primavera, qué mejor que esta colección llena de colorido y alegría.
Flamenca Pol Núñez es una de las firmas más esperadas en cualquier pasarela, y no fue menos en su presentación de 2017 en el hotel Alfonso XIII en Sevilla. Los retales son el centro de esta colección, denominada Retales de ilusiones, cuidados, mimados, reutilizados, porque nada sobra y todo puede servir.
La diseñadora mezcla vivencias, culturas, sentimientos, recuerdos, como los de su madre haciéndole su primer traje blanco de organdí de algodón; o de su hermana, nerviosa porque llegaba la Feria e iban a contrarreloj; o de su propia alma.
La influencia de un reciente viaje a la India es evidente en sus propuestas, realizadas en algodón, batista, seda o punto de lycra, tanto para estampados como para diseños de lunares, todos ellos, acompañados por destacados mantoncillos de inspiración hindú -a juego o haciendo contraste con el vestido-, de edición limitada, diseñados por la propia Delia y made in Spain. Pueden ir con o sin flecos, tanto largos como más recortados.
Los talles suben, lo que otorga más comodidad a la mujer por ejemplo a la hora de caminar, y los vuelos pueden ser infinitos, como en la espectacular bata de cola que cerró su desfile, en la que el corte sube hasta debajo del pecho y se completa con volantes rematados en zig-zag y con madroños de colores.
Pero se vio mucho más; diseños en los que los volantes adornan todo el cuerpo con gran acierto; otros que parecen más clásicos pero en los que siempre se encuentra alguna pista del espíritu libre de su creadora. Por ejemplo, las mangas pueden ser muy destacadas, en cascada, livianas, cortas como detalle, amplias...
Porque en Flamenca Pol Núñez no se siguen los dictámenes de las tendencias; es más, se crea moda.
En los trajes de flamencas en lunares -ni grandes ni pequeños-, más tradicionales, se mantiene el talle sin subir en exceso pero nunca baja de la rodilla, los tejidos caen con naturalidad, los escotes se abren y los volantes disminuyen en tamaño y aumentan en número.
Los colores elegidos para esta línea pasan por combinar coral con blanco, verde con violeta, azul cielo con celeste o un bonito amarillo que con gran acierto ribetea en gris.
Añadió propuestas más festivas con clara influencia hindú y del mismo modo, complementos, como largos y discretos collares y pendientes destacados.
Y como una imagen vale más que mil palabras, aquí damos una muestra.
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