sábado, 25 de junio de 2011

Ay, ese Levantito...

Cuando era una niña pensaba que la vida cambiaría más adelante, cuando llegué a la adolescencia, seguía esperándolo, y ahora ya como persona adulta, más de lo mismo.

A lo mejor es que la vida es así, que siempre estamos buscando algo más, por lo que al final nunca llegamos a lo soñado. Pero de momento, me conformo con que se vaya este Levante que me está trastocando la cabeza, ¡qué calor!

Por Cádiz se dice que el dichoso Levantito vuelve a la gente un poco loca, cuando hay viento porque lo hay y cuando no, porque la calmachicha esta no hay quien la soporte.

Todo el día tirada en el sofá con un abanico, porque la costa tiene eso, que, como se supone que no hace calor, pues no hay aire acondicionado. ¡Mi vida por un split o como se llame!

Y que no me propongan la alternativa de la playa, que al sol yo no aguanto, eso para los lagartos...Y lagartas, que también las hay, mezcladas con la gente de bien que disfruta de la playa...

¿Cómo se puede ir medianamente mona a 40 grados? deberían abrir las tiendas a las 5 de la madrugada (perdón a los de las tiendas)... Una se va por la mañana de compras.

El vestido, porque es fresquito; doblas la esquina y... ¡los zapatos de mi vida! no soportaré el tacón, pero me los compro, que los vi en 'Sexo en Nueva York'; la chaqueta es ideal, y me la llevo, aunque en la tienda hay aire acondicionado y en la calle no, y la pobre estará tooodo el verano dentro del armario, pero, ¿y si la dejo para las rebajas y se termina y me quedo sin ella?

Al final una pasta para nada. Porque el calor hará que me vaya arrastrando por las calles buscando -¿lo veis? otra vez esperando algo- un lugar fresquito donde recuperarme.

De la restauración del maquillaje en las noches de verano ya hablaremos, que hoy me voy de fiesta al cumpleaños de mi prima. Ya os contaré