sábado, 15 de junio de 2013

El Príncipe Naruhito visitó Sevilla y Coria del Río


Por Ana García Romero
(Foto: AGRomero)

Ha sido sonada la visita imperial que ha tenido lugar en Sevilla estos días, y aquí dejamos constancia de su presencia. El príncipe heredero de Japón, Naruhito, ha disfrutado unos días de los atractivos de esta ciudad, y ha demostrado cómo se puede sobrellevar con buena cara el calor de más de 40 grados.

S.A.I. el príncipe Naruhito llegó a Sevilla justo un día antes de su visita a Coria del Río, y fue en la capital hispalense en donde, acompañado de su médico, de su equipo habitual y del cónsul de Japón en esta ciudad, José María Cabeza, acudió a cenar al restaurante Abades Triana.

Puntualísimo con la hora prevista, allí fue recibido por Antonio Martín, propietario del restaurante, y su equipo, para dejar en manos de su chef la elección del menú, que consistió en una degustación de tapas andaluzas regadas con vinos andaluces.

El heredero japonés saludó a sus anfitriones, después de bajarse del automóvil que le trasladó al lugar desde el hotel Alfonso XIII, precedido y seguido por una comitiva de coches con escoltas y furgón policial y de que tanto la plaza de Cuba como la calle Betis estuviera literalmente tomada por la Policía. Lo obligado para asegurar la seguridad de tan ilustre visitante.

Naruhito despertó la atención de los viandantes, algunos de ellos japoneses, que no perdieron la oportunidad de ver en persona al heredero nipón.

Pero la jornada fuerte llegaría al día siguiente; le esperaba Coria del Río al completo, con decoración, banderas japonesas y españolas y palmas al estilo de la tierra-

En Sevilla y junto a la Torre del Oro subió a un barco que le paseó por el Guadalquivir, sin olvidar su cámara de fotos para llevarse recuerdos de su visita. Lució acertada chaqueta clara, para actos no demasiado oficiales y mañaneros como los que protagonizó en Coria del Río.

Visitó la estatua de Hasekura Tsunenaga, aquel japonés que llegó a Coria hace unos cuatrocientos años; saludó a los paisanos y a quienes se apellidan Japón, descendientes de aquéllos que en su día llegaron y se quedaron; plantó un cerezo y escuchó los Himnos nacionales.

Justo antes de visitar un colegio en el que sonrió con cariño a los pequeños que le saludaron hablando en japonés y que habían decorado el centro con trabajos manuales sobre Japón.

Todo ello por la mañana, porque la jornada aún era larga. Vuelta a Sevilla, comida en los Reales Alcázares con el alcalde, Juan Ignacio Zoido; visita al presidente de la Junta de Adalucía, José Antonio Griñán; inauguración en el Archivo de Indias de una exposición dedicada a Tsunenaga y, como colofón, asistencia a un espectáculo flamenco en el que por cierto coincidió con Curro Romero. Ahí es nada.

Un diez y un olé para el príncipe Naruhito por su simpatía y por su energía  para semejante jornada maratoniana. Bienvenido!